lunes, 4 de noviembre de 2013

Para alguien que conocí, comiéndome una paleta helada.

Es sumamente importante aclarar, que la siguiente entrada está subida en una temporada muy extemporánea.
La verdadera fecha en la que fue escrita, fue a principios de octubre del 2013. Lo cual es bastante irónico, si me lo preguntan.

¿Has escuchado acerca de los finales tristes? O finales felices ¿tal vez? 
Sea un final triste o feliz, que bonito es terminar. ¿Hay principios felices y principios tristes? 
Tú y yo nunca empezamos, tú y yo, nunca vamos a tener un final.
Me enferma que seas perpetuo. 
No quiero que me sigas queriendo. 
Mentira, claro que quiero. 
Pero no puedo obligarte a lo que ya no debo.
Tus rasguños serán eternos, grabados en mi espalda. 
Vuelve a jugar conmigo, mi cielo; por favor no abuses de mi calma.
 No sé porque te pareces tanto al nudo que traigo atorado en la garganta.
No es cuestión de que vuelvas, no es como si me hicieras falta. 
Pero somos eternos, sólo es cuestión de eso que toda la gente gasta. 
Tú sabes que aprender cosas, a mi, me encanta.
Sobre todo eso de dejar ir las cosas. Pero aprenderlo contigo, para nada me agrada.
Arrástrame como acostumbras, sígueme transportando encima de tu espalda. 
Todavía te extraño mi amor, todavía extraño tus ojos mirándome el alma.



Y si, has click aquí. Tienes que escuchar como lo dirías tú con detalle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario